sábado, 1 de febrero de 2020

Los agricultores salen a las calles.

Ser agricultor y vivir de esa actividad no es nada fácil, si además las ventas de productos no alcanzan para los gastos se convierte en una ruina. La lucha por vender a un precio justo ha sido hasta ahora un auténtico fiasco, los responsables son muchos: los intermediarios, la posición dominante de las distribuidoras, y también el poco asociacionismo empresarial de los agricultores. Podríamos decir que se trata de un oligopolio formado por los grandes de la distribución, que imponen sus precios sin reparo alguno, frente a ellos los agricultores han de hincar la rodilla y aceptar sus condiciones si quieren vender. Ni siquiera las asociaciones actuales, principalmente cooperativas, tienen un tamaño suficiente para obtener precios justos.


Todo ésto hay que verlo desde una perspectiva más amplia, ya que es la Unión Europera la que regula todo lo relativo a la agricultura, no solo las ayudas que se conceden a los agricultores dentro de los distintos fondos, Feader y Feaga, sino todo lo relativo a seguridad alimentaria, a certificación de las producciones, a política de precios. No debemos olvidar tampoco que en las relaciones comerciales de la UE con países terceros, especialmente los que se encuentran en vias de desarrollo, y los acuerdos a los que ha llegado en el seno de la Organización Mundial de Comercio hace que la entrada de productos agrícolas procedentes de esos países no tengan a penas aranceles, todo ésto dentro de la política comercial europea, donde encontramos a grandes exportadores de bienes que necesitan que las fronteras del mundo permanezcan abiertas y no se perjudique con tasas y aranceles a los productos industriales.

Para complicar todo este tinglado el señor Trump inicia una política de presión imponiendo aranceles como represalias frente a la exportación europea de productos manufacturados, sobretodo automóviles. También hay que recordar que desde hace unos años Rusia ejerce un veto a la importación, el conocido como "veto ruso". Y todo ésto quien lo sufre  son nuestros agricultores, que ven como no solo el precio de sus productos no les permite ni cubrir gastos, sino que además los mercados se reducen y las trabas son cada vez mayores, una ruina para nuestros agricultores con todos los sectores afectados: olivar, uva, frutas y hortalizas,....

A todo ésto también hay que añadir los efectos del cambio climático, las sucesivas borrascas que han barrido nuestra península, y no de oeste a este sino al revés, han provocado numerosos daños en las cosechas, especialmente en frutales y hortícolas, lo que ha agudizado aún más la situación.

La situación es sumamente compleja y no se puede decir que las ayudas de la PAC solucionen nada. Por un lado ha de reconocersele a los agrucultores su importante papel medioambiental y como medio para evitar la despoblación de las zonas rurales,  y ésto ha de hacerse incrementando notablemente las ayudas, mejor dicho pagando a los productores por estas actividades, hay que reconocer que a todos nos gusta ir al campo y ver un buen paisaje o comer y dormir en un entorno agradable. Por otro lado hay que contrarestar el poder de las distribuidoras, que manejan como quieren a los productores, no es de recibo jugar con los precios de los productos agrícolas. Pero es que también hay que compensarles por utilizarlos como moneda de cambio en las negociaciones en el seno de la OMC, impuestos o tasas sobre los productos manufacturados si éstos se están beneficiando de los condicionantes que se imponen al campo, (facilidades de entrada a los productos agrícolas de terceros países). Además, y ésto les compete a los agricultores, se debe promocionar la formación de cooperativas o sociedades que agrupen la oferta y que de alguna manera planten cara a las distribuidoras.

En resumen, creo que los agricutores tienen razones múltiples para quejarse y para salir a la calle y manifestarse, el gobierno y la UE no pueden seguir de espaldas ante lo que está sucediendo, pero ellos tampoco pueden seguir sin crear los instrumentos propios que les de esa fuerza que necesitan para seguir vivos en un mercado tan competitivo como el actual.




6 comentarios:

Anónimo dijo...

Un buen resumen de los problemas que sufren los agricultores españoles. Es complicada la situación,porque son muchos los factores que afectan a la renta del agricultor y las ayudas europeas solo ayudan un poco a paliar la situación

Anónimo dijo...

Como no empecemos a concienciarnos del problema que existe en el campo, al final nos vamos a perjudicar todos, pues muchos agricultores ya mayores que ven que con la venta de sus producciones no llegan apenas a cubrir gastos van a optar por abandonar el campo, con el consiguiente perjuicio para todos, ya que un campo que se abandona se desertiza y para alimentar a la población se tendrá que recurrir a comprar productos de fuera, encareciendo todavía más la compra. Hay que comprar productos españoles y si son producidos en la zona donde se viva mucho mejor, pues por menos intermediarios pasaran.

Anónimo dijo...

Para la UE la importancia de la agricultura ha cambiado a lo largo de su existencia. En un principio era un sector estratégico pues había que alimentar a la población, por tanto se primaba la producción y se protegían los precios. Cuando comenzaron los excedentes alimentarios, y los países recuperaron su tono económico produciendo bienes de equipo, automóviles, electrodomésticos,... que había que exportar se comenzó a utilizar la agricultura como moneda de cambio en el seno de los organismos internacionales. Si Marruecos por ejemplo compra coches, lavadoras,... europa le permite introducir productos agrícolas a buen precio,... y éso es algo que se extiende al resto del mundo.
A los agricultores ahora se les quiere considerar agentes medioambientales, que lo son, pero no se les quiere compensar suficientemente y no se protegen de alguna manera sus ingresos, vamos que no hay precio justo.
Así les va......

Anónimo dijo...

El problema que yo veo es que desde que se recoge el producto hasta que llega a la mesa del consumidor pasa por muchas manos que va encareciendo dicho producto, por lo que sería bueno que los agricultores se agrupasen en cooperativas fuerte para poder competir y poner precios justos.
Por otro lado si simplificamos la cadena de distribución tendremos el problema de que mucha gente también va a quedarse sin empleo perjudicándolas. Entonces, ¿como se hace para contentar al mayor número de personas???

Anónimo dijo...

Hoy la noticia es la confirmación de la entrada de productos agrícolas marroquíes a los que empresas almerienses cambian las etiquetas para venderlas en europa como españolas y a menor precio que lo producido en los invernaderos andaluces. Competencia desleal ya que estas cantidades de producto no se contabilizan para el cupo marroquí.

Anónimo dijo...

Desde luego que esa práctica es totalmente desleal si se camufla la producción marroquí con la almeriense. Pero de eso los culpables son los almerienses que se han ido a producir a Marruecos los mismos productos que se cultivan en Almería porque les salen la producción mucho más barata que aquí. No se que consecuencias conlleva estas prácticas pero a esas empresas deberían sancionarlas

Proverbio castellano

Quien no oye consejo, no llega a viejo.