El rey tras recibir a los representantes de los grupos parlamentarios ha propuesto a Pedro Sánchez como candidato a la presidencia del gobierno, pero nos preguntamos si tiene Sánchez los apoyos necesarios, porque está claro que obtener el apoyo de los demás grupos es la condición para poder ser investido presidente.
Pero, y ésto dentro de la ficción, ¿qué hubiese sucedido si el rey hubiese propuesto a Casado como candidato con el objetivo de realizar una llamada a los llamados constitucionalistas para formar un gobierno de concentración?, con ello se evitaría tener que contar con los independentistas para obtener apoyos y por tanto depender de sus reivindicaciones. Este gobierno de concentración formado por PP, Psoe y Ciudadanos tendría como objetivos principales aprobar leyes que favorecieran la formación de gobiernos y de alguna forma impidieran en el futuro que los grupos minoritarios, independentistas, excesivamente representados marcaran al agenda en la formación del gobierno, en definitiva modificar la ley electoral de forma que se prime al más votado.
Pero en nuestro sistema constitucional el rey actúa siguiendo la norma, es decir sin las potestades que le permitirían hacer otras propuestas, como sucede por ejemplo en Italia donde un presidente electo puede encargar la formación del gobierno a personas distintas a los líderes de los partidos, donde se puede forzar la maquinaria o mejor dicho la consecución de pactos cuando éstos son necesarios para evitar nuevas elecciones o males mayores.
En nuestro país el rey es una figura que obstenta la representación del estado, pero sin capacidad para hacer nada más que aquello que dictan las leyes, en parte actúa con las manos atadas.
En nuestro país el rey es una figura que obstenta la representación del estado, pero sin capacidad para hacer nada más que aquello que dictan las leyes, en parte actúa con las manos atadas.
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