sábado, 10 de agosto de 2019

Un pulso para gobernar entre Sánchez e Iglesias.

Las elecciones generales pasadas dieron un claro ganador, el Psoe, con mayoría absoluta en el senado y como grupo mayoritario en el congreso; sin embargo, la necesidad de decidir como formar el gobierno ha sido todo un fracaso. La fórmula elegida o impuesta por UP, el aliado natural de Sánchez, era la de una coalición de gobierno, el reparto de carteras y de espacios, con una exigencia inicial basada en la proporcionalidad, tantos votos tantas carteras. Sin embargo, el sistema español es peculiar, por un lado estructura el gobierno como un órgano colegiado, pero atribuye al presidente las potestades de nombrar y cesar ministros y la de decidir al final las posturas o posiciones del ejecutivo. Y Sánchez creo que siempre ha querido un gobierno cohesionado, donde las decisiones se tomen por unanimidad y las discusiones que en su seno se produzcan queden en el secreto del consejo de ministros. Por contra, Iglesias quería formar parte del gobierno, además de para agilizar la generación de ciertas normas y actuaciones, como un comisario político que vela por la puridad de las decisiones, o mejor dicho por la puridad de la izquierda, es como tener al ángel de la guarda siempre encima, una conciencia del gobierno y del presidente del gobierno. No sabemos si Iglesias y sus ministros serían más leales al consejo de gobierno o al partido UP y sus bases. En definitiva un fracaso fruto de los distintos puntos de vista y de la desconfianza que parece haber entre los dos líderes de la izquierda.
¿Qué ha sucedido después de este desencuentro?, pues no es difícil saberlo, las dos formaciones y sus dirigentes se han lanzado a dar explicaciones de lo ocurrido, claro que desde su lado del escenario, no se ha llegado al insulto pero si a la descalificación. Que yo sepa no ha habido ninguna muestra de autocrítica en ninguno de los dos bandos, lo único que han hecho es justificarse y echar las culpas al contrario. 
El resultado de todo ésto es un distanciamiento entre las dos formaciones, que siguen erre que erre en sus posiciones iniciales; aunque Sánchez, un líder que no sólo ha demostrado raza sino flexibilidad al cambiar de postura, ha iniciado una estrategia de convencimiento en todos los sectores que pueden rodear a la formación de Iglesias... habiendo manifestado cual van a ser sus siguientes pasos: un programa de gobierno que será comunicado al PNV, PRC y a UP  a finales del mes de agosto y el comienzo de conversaciones en la primera semana de septiembre. Duro lo tiene el presidente en funciones, pues enfrente tiene a una persona bastante dogmática, alguien que cree que le asiste siempre la razón, que ha llevado a su formación UP desde una situación de privilegio a lo que es en estos momentos, un conglomerado de partidos, tendencias o mareas. Un persona, Iglesias, que ha manejado con mano de hierro a su formación, que no ha dudado en quitarse de en medio a los que no opinaban como él, ejemplos hay muchos Iñigo, Carolina...., ayudado en todo momento por Echenique, que con muy buenas palabras y gestos ha sido su brazo ejecutor, y de su compañera Irene Montero. Me recuerda Pablo a otro dirigente de IU, Julio Anguita el califa de Córdoba que no dudó en aliarse con la derecha, Aznar, para acabar con el gobierno socialista de Felipe González, para éste político no había posiciones intermedias sino "programa, programa"...
En fin, esperemos que el tiempo lime asperezas y que de esa propuesta de programa pueda surgir un nuevo gobierno, en minoria pero con apoyos y conseguir por un lado que no haya nuevas elecciones y por otro todos los actos necesarios para mejorar la vida de los españoles y en especial de los trabajadores de este país, y no hablo de los problemas que probablemente se produciran en el mes de septiembre, el principal el fallo en el juicio del procés. 

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Proverbio castellano

Quien no oye consejo, no llega a viejo.