sábado, 30 de marzo de 2019

Me repugnan las banderas cuando se usan para marcar diferencias.

Cuando veo fotos e imágenes de gente envuelta en banderas me quedo totalmente sorprendido, no se si lo hacen sólo para identificarse con algo, un equipo de fúbol, un país,... o lo hacen porque quieren distinguirse y separarse de los demás. Veo que las banderas son una especie de coraza no defensiva sino atacante, porque quien las viste parece querer visualizar su diferencia. Esta diferencia parece en muchas ocasiones darle alas para insultar al que no la lleva, para mirar con cierta superioridad al que no la viste, para vociferar su seña de identidad y marcar con cierto desprecio a quiene no son de su mismo palo. Con la bandera en sus cuerpos o en un asta son dioses que se creen con derecho a dominar el espacio que les rodea, a insultar con palabras como fascista a quienes no opinan igual que ellos o esgrimen otra señal. Claro que todo ésto es posible porque en este país no se persigue ni a las banderas, ni a quienes las portan, no se calla a quien grita fascistas o independencia, no se les cierra el micrófono a quienes hacen del separatismo una religión, ni siquiera a los que acosan a los demás ciudadanos con insultos de español y fascista se les calla. Para colmo y en este envalentamiento del que hacen gala, parecen no saber que todo lo que hacen sería imposible si se encontraran en una dictadura o con un régimen autoritario, creen llevar siempre la razón, no se amilanan en afirmar bulos y mentiras si con ello dañan a los constitucionalistas, han encontrado un filón en la lucha entre la libertade de expresión, de la que se aprovechan, y las normas que regulan la vida política del país. 
Pero a lo que iba, cuando veo las actuaciones desmedidas de grupos de manifestantes envueltos en banderas barradas, que tienen todo el tiempo del mundo para estar en la calle, que se apoderan de ella, que acosan al resto y que mienten sin miramiento alguno, cuando veo a sus dirigentes azuzarlos con interpretaciones suigéneris del derecho y la libertad, cada día que pasa se acrecienta en mi un rechazo y una animadversión, porque señores ellos han iniciado una cruzada en la que lo importante es el objetivo final, aunque sea a consta de insultar, denigrar, menospreciar,... al estado español y a los que siendo catalanes no se sienten independentistas.

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Proverbio castellano

Quien no oye consejo, no llega a viejo.