La derecha sigue siendo derecha.

PP, PNV y PdCat son partidos con muchas similitudes, no hay que olvidar que estas formaciones comparten ideología, especialmente económica y social. Ésto se impone en momentos concretos a las diferencias producidas por las posiciones nacionalistas e independentistas, incluso a pesar de la encarcelación de dirigentes políticos, del autoexilio o la vigencia del artículo 155 con la supresión temporal del gobierno autonómico. 

Pero es que esta sintonía también se manifiesta en los intereses electorales, a ninguno de los tres partidos les interesa en estos momentos una campaña electoral, al PP porque está en horas bajas especialmente por la crisis catalana y se siente acosado por Ciudadanos que no para de arrebatarle votos, necesita que la economía le siga yendo de cara y el tiempo repare los rotos. Al PdCat tampoco le viene bien unas elecciones, necesita meditar su estrategia, hasta ahora se ha dedicado a huir hacia delante, mostrando un carácter separatista superior a Esquerra, la elección de un radical como Torra no es nada más que un gesto de fuerza frente al gobierno central y los partidos constitucionalistas. El PNV quiere seguir en el poder con el apoyo del PP, quiere aprovechar la estabilidad y seguir potenciando la economía de su comunidad, para ello apoyará al PP nacional con objeto de que apruebe los presupuestos a cambio de una mejora de las pensiones o del cupo o el acercamiento de presos a Euskadi, y lo que temen los vascos es que el partido naranja tomase las riendas, no olvidan que los de Rivera son unionistas y no ven con buenos ojos ni a las autonomías, y es que al único partido que en estos momentos le convendría unas elecciones sería a Ciudadanos, ni siquiera el Psoe quiere verlas y Podemos no lo tiene claro menos en estos momentos en los que sus dos cabezas visibles compran chalets a seiscientos mil euros, una ganga.

En fin que Rajoy logrará aprobar de  nuevo unos presupuestos, gracias al apoyo del PNV y de Ciudadnos, lo que prorrogará su mandato hasta el 2020, tiempo para coser rotos e intentar recuperar votos.