La chapuza termina en contagio de ébola a una trabajadora sanitaria y, esperemos que no haya más. Si en anteriores ocasiones mostrábamos nuestra sorpresa por la improvisación en la preparación de la repatriación de los médicos misioneros de África, aviones sin adecuar, ambulancias normales, trajes de baja seguridad, personal sin entrenamiento,... ahora por desgracia el resultado ha sido la infección de una auxiliar de enfermería.
Nuestro país es frontera con África, por tanto el riesgo de que cualquier enfermedad se propague es mucho mayor, nuestras fronteras no son impermeables y, nuestro sistema sanitario, aún siendo uno de los mejores del mundo, adolece de equipos preparados para el tratamiento de estas enfermedades, se trata de un asunto de estado que no debe dejarse en mano de las comunidades autónomas, hay cuestiones que deben seguir siendo realizadas por la administración central y una de ellas es tener un sistema/equipo preparado, entrenado y con los medios suficientes para tratar enfermedades de este tipo. Seguro que para una posible contaminación nuclear se dispone de estos equipos.
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