China ha renacido como imperio, pero no solo de oriente sino del mundo. Las reformas económicas llevadas a cabo por el PCCH le han permitido desarrollar su economía de forma espectacular, con crecimientos anuales de dos dígitos, el gigante oriental prácticamente ha desbancado a EEUU del primer lugar. Sus logros basados en la introducción de la economía de mercado, capitalista, favoreciendo la entrada de empresas, sobretodo multinacionales, que han llevado allí sus producciones aprovechando las grandes ventajas que supone la gran cantidad de mano de obra barata, los pocos derechos laborales de los trabajadores chinos y el gran mercado que supone una población de mil millones de personas. Pero junto a este despegue económico el gobierno chino ha puesto condiciones para que las empresas que se asienten en su territorio realicen una transferencia de conocimientos, de tecnología, que les ha permitido acortar las grandes distancias que tenían con occidente y Japón. No han olvidado las autoridades chinas la necesidad de convertirse también en una potencia militar, que ejerce su poder en toda Asia, no dudan en realizar movimientos que les permitan agrandar sus fronteras, reivindicaciones de islas y archipiélagos donde pueden existir recursos, sobretodo energéticos,... su marina se está desplegando por todo el mar que la rodea, ejerciendo presión en los países vecinos y permitiendo a sus empresas iniciar actividades, propecciones petrolíferas, en zonas con soberanía en disputa. Tienen actualmente contenciosos con Japón, Filipinas, Vietnam,...
Esta situación está creando grandes recelos y temores en los países vecinos y, en este contexto parece que la otra gran potencia de la zona, Japón, de la mano de su gobierno conservador, está cambiando o quiere cambiar el carácter defensivo de su ejercito, dotándole de medios más ofensivos y ofreciéndose como freno frente a la amenaza China. Habrá que estar atentos a los movimientos que se produzcan en esta zona del mundo.
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