No hay que extrañarse con el resultado de las europeas, con el crecimiento de partidos de ideología reaccionaria de uno y otro signo y, quizá debieran ponerse en la piel de los ciudadanos que han dado el paso y han votado a estas formaciones. Los europeos con la crisis han pasado de un estado de cierta comodidad y desahogo a una situación donde todo está cuestionado y las personas no cuentan como se esperaba. Así por ejemplo han percibido:
- Dictados de la Comisió n
sobre los gobiernos nacionales, que se ha percibido como una imposición y un
ataque a la nación.
-
Paso brusco de una situación de empleo abundante, donde
los puestos menos cualificados estaban ocupados por emigrantes, a una de
desempleo extremo que crea en los nacionales un rechazo a los de fuera. A esto
se les une la percepción de que los emigrantes además se benefician de las
ayudas sociales y del sistema sanitario público.
-
Incremento del sentido nacional, regional o local, con
la consigna de que “primero los de dentro”.
-
La percepción de que los conservadores y los socialdemócratas
son las dos caras de una misma moneda. Donde gobiernan hacen lo mismo,
recortes, reformas, subidas de impuestos, defensa de los bancos y del capital
frente a los trabajadores,….
La utilización de estos sentimientos o percepciones por
partidos fuera del sistema, que se venden como la única solución a los
problemas, que son capaces de entenderlos,…. ha permitido crecer a los
extremos, a los desalentados, a los nacionalistas a ultranza,… los ciudadanos
han encontrado en estas posiciones una forma de protestar contra el poder
establecido, contra los partidos tradicionales que se perpetúan en el poder,
contra ese poder opresor externo que es la Comisión Europea.
No es de extrañar que en este contexto aparezcan salvadores
de derecha: Frente Nacional de Francia, UKIP en Reino Unido, Amanecer Dorado en
Grecia,… todos tienen en común la senofobia y la exaltación de la nación
independiente frente a Europa. Y también por la izquierda aparecen formaciones
como Podamos en España, que quieren romper con el sistema de bipartidismo, con
las castas que se perpetúan en el poder, y quieren escuchar al pueblo
incrementando los canales de comunicación con los ciudadanos y las formas de
representación.
Ahora todo está en manos de los que han ganado aunque se sienten perdedores al percibir que su poder se está cuestionando.
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