La tan cacareada mayoría absoluta del PP en las elecciones andaluzas, tan anunciado a bombo y platillo por todas las encuestas y tan creído por Arenas y sus colegas, se ha transformado en una derrota. Sí, los populares han ganado aunque sin posibilidad de gobernar ya que le faltan cinco escaños para lograr la mayoría absoluta.
Dicen que el pueblo es sabio y sabe darle a cada uno lo que necesita y, así lo ha hecho en estas elecciones. A los populares les ha dado una dosis de modestia y les ha dicho que las reformas no pueden ir contra el pueblo, a los socialistas que no pueden seguir gobernando de la forma en que lo están haciendo en Andalucía, deben cambiar las formas y mantener ciertos objetivos, y a IU les ha concedido el doble de escaños para que obliguen al Psoe a hacer políticas de izquierda y a servir de contrapeso de sus formas y de sus defectos.
Como anunciaba el video de los socialistas, Andalucía se ha convertido en la aldea gala inexpugnable frente a los ejércitos romanos. La derecha española tiene frontera, Rajoy no podrá gobernar pensando que nada ni nadie puede oponerse a sus políticas, debe saber que la mayoría absoluta no le da permiso para hacer y sobretodo para deshacer los logros que los españoles han conseguido durante los años pasados, la revolución conservadora debe saber cuales son sus fronteras.
Ahora, tras las elecciones quedan cosas por hacer: la primera es un acuerdo psoe-iu para gobernar en Andalucía, la segunda es la presentación de una vez de los presupuestos generales del estado, la tercera es la elección de un sucesor de Arenas que renueve al partido en Andalucía y, la cuarta que se me ocurre es la reflexión de Griñán acerca de sus maneras de llevar el partido.
Como decimos algunos andaluces Arenas se ha llevado un zapatazo del pueblo andaluz.
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