Desde las elecciones del 20 de noviembre el gobierno del
PP apoyándose en su mayoría absoluta no ha cesado de dictar reformas, la última
la laboral, que como ellos mismos dicen es la mayor desde la aprobación de la Constitución y adapta la legislación española a las normas
europeas dotando a este mercado de mayor flexibilidad y da mayor confianza al
empresariado, aunque también afirman que a corto plazo no significara reducción
del desempleo sino todo lo contrario. Lo cierto es que esta reforma parece romper
el equilibrio de poder entre trabajadores y empresarios, cayendo el péndulo del
lado de la patronal al hacer más fácil
el despido y permitir su justificación por razones económicas.
La reforma es discutible, desde luego
supone un cambio radical para los trabajadores que ven como sus puestos de
trabajo pueden depender en muchas ocasiones de la discrecionalidad del
empresario, permitiendo el despido libre durante el primer año de contrato,
abaratando el despido en todos los casos y facilitando los ERE al no tener que obtener
el permiso previo de la administración laboral.
Ante semejante reforma se han alzado
los sindicatos y los partidos de izquierda, primero con convocatorias a la
manifestación y después con posibles recursos ante el Constitucional, ya que
algunos aspectos de la norma podrían ir contra la prohibición del despido libre
que establece nuestra ley suprema. El día 29 de febrero los sindicatos de nuevo
han convocado manifestaciones contra la reforma.
Ante estas
posiciones los populares hablan de la necesidad y oportunidad de la reforma, entienden
que la población les apoya tras las elecciones pasadas, y basan sus decisiones en un razonamiento peculiar están haciendo
aquello que es necesario. Incluso acusan a los sindicatos y a los partidos de izquierda,
en especial al Psoe de haber radicalizado su postura, exigiéndoles el apoyo a
las distintas medidas con objeto de poder salir de este agujero. Olvidan que
durante el último gobierno de Zapatero los populares en ningún momento apoyaron
las medidas tomadas, ni la reforma laboral del Psoe, ni el incremento del Iva,
ni la reducción del salario de los funcionarios, todas ellas medidas tomadas en
momentos críticos para nuestro país, entonces por qué ahora exigen la
colaboración de los socialistas.
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