El expresidente del gobierno José María Aznar hace tiempo que parece creerse que no es de este mundo, que no está sujeto a nada ni a nadie, y que no debe medir sus palabras, ni tan siquiera pensárselas, y así lo ha hecho en una de sus conferencias en territorio norteamericano. Se ha permitido no solo decir que Gadafi es un amigo extravagante poniendo en duda la actuación de los países occidentales en Libia, siguiendo el mandato de la ONU, sino que como siempre le ha dado un golpecito en la espalda del gobierno socialista y no para animarlo sino para hundirlo un poquito al poner en duda la capacidad de nuestro país de hacer frente a la deuda en los próximos años, vamos que como siempre se ha mantenido "constructivo" en sus opiniones.
Es curioso que este señor que desde hace años se dedica a predicar surja siempre en los momentos oportunos para despotricar y poner la puntilla, olvidando quien ha sido y a quien se debe y que no es a su partido sino al país del que fue presidente durante dos legislaturas. Hablar siempre es bueno, expresar opiniones también, pero debería aprender a no ser un bocazas, con estas opiniones no solo ha ido contra España sino contra el partido que lo soportó como presidente del gobierno, pues sus opiniones incluso van en contra de las posiciones del PP, y de nada sirve que su fundación FAES salga a la palestra para matizar sus comentarios cuando el daño ya está hecho.
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