Ultimamente se han incrementado los intentos de desprestigiar al presidente del gobierno, la oposición y sus medios afines intentan mostrarlo como un dirigente acabado, al que no hay que hacerle ningún caso ya que no dice nada más que tonterías. Para colmo de vez en cuando mete la pata como el otro día cuando comparaba a España y su economía con un trasatlántico, en el mismo día del aniversario del hundimiento del Titanic, "son cosas de Zapatero" dicen.
Estos ataques indiscriminados se han acentuado desde que decidió no ser el próximo candidato a la presidencia del gobierno, pero estar dispuesto a finalizar su mandato. Desde ese momento se pone en entredicho el apoyo de su partido, se le exige que adelante las elecciones, se ataca su forma de ordenar su sucesión,... Y cuando digo ordenar me refiero al procedimiento, al hecho de dejar que sean los militantes del partido socialista los que decidan mediante primarias quien será su candidato, y esta es precisamente la gran hazaña de Zapatero, el primar la democracia en el seno de su partido, permitir que sea un proceso electoral el que designe a su delfín.
Y es que muchos en este país deberían de aprender de los socialistas, de la forma en que eligen a sus dirigentes, especialmente al que llevará la batuta del partido. A diferencia de otros como Aznar, que dijo quien debía de sucederle, designando a su delfín como si colocara a su muñeco al mando de su partido, una manera de irse sin dejarlo, de irse pero controlándolo todo, y contra eso lleva luchando Rajoy desde que fue nombrado sucesor.
La democracia de este país necesita de gestos como los de Zapatero, los partidos deben hacer un esfuerzo por promover la participación, la discusión y la transparencia.
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