La derecha siembra dudas para ganar.

Como ya comenté anteriormente una de las tácticas de la derecha, del PP, cuando se acercan las elecciones es disparar bulos con objeto de aumentar la crispación y especialmente de activar a su electorado. Comenzó con el caso de los ERE en Andalucía, después con las listas de la izquierda nacionalista vasca y ahora con la excarcelación del etarra Troitiño. Las culpas de la huída de este preso de ETA la tiene primero el gobierno, porque ante la excarcelación declarada por los jueces no ordenó su vigilancia, después se lanza en contra de los jueces de la Audiencia Nacional, y en concreto con el juez Bermúdez por no aclarar con suficiente rapidez los criterios que permitieron ordenar la liberación del etarra. El hecho de que la audiencia rectificase con cierta lentitud decisión de conceder la libertad a Troitiño, ha permitido que éste se encuentre en paradero desconocido. Pero el PP obvia que en un estado de derecho como el nuestro son los jueces los que juzgan y aplican lo juzgado, olvidan su independencia, y olvidan también que el ejecutivo tan solo puede actuar cuando así lo exige la justicia, que no se puede poner en vigilancia a alguien que acaba de ser puesto en libertad por un juez y que por tanto ha clumplido su condena y no le debe nada a la sociedad.Todas estas razones si las comprendía cuando Rajoy estaba en el gobierno y se produjo la excarcelación de Josu Ternera, momento en que se expresaron de la misma manera que el actual ministro del interior Rubalcaba.

Al PP le gustan estas situaciones, sus dirigentes están perfectamente entrenados para lanzar un mismo mensaje y hacer de un bulo una verdad. Podemos verlo en las declaraciones de Trillo, de Cospedal, de Yolanda y del impresentable Mayor Oreja con su discurso continuo de que el gobierno está negociando con Eta y esta excarcelación es una demostración a los terroristas de su buena voluntad. Nos sorprende como los populares no dudan en utilizar la lucha antiterrorista, una vez más, como elemento para debilitar al gobierno, siguiendo ese eslogan de que todo vale para llegar al poder.