lunes, 14 de febrero de 2011

Alemania continua con la política del palo y la zanahoria.

La zona euro sigue convulsa, aunque parece que los ataques a los países periféricos y por tanto al euro han cesado, los mercados siguen esperando que se den pasos en la dirección que ellos indican, exigen que no existan tantas diferencias entre los distintos países que utilizan esta moneda, exigen una convergencia real de sus economías,y a ello parecen decididos los líderes de las dos principales potencias europeas. Así en el último Consejo la alemana Merkell exigió profundizar en las reformas económicas, y entre otras medidas propuso incrementar la productividad de los países desligando los incrementos salariales de la inflación, algo tabú para algunos como España donde los convenios colectivos contemplan las cláusulas de salvaguarda e incluso en las pensiones se producen incrementos si la inflación supera un cierto nivel, también propuso la redacción de normas estatales que impidan el déficit público o cierto nivel de endeudamiento, todo esto a cambio de aceptar el incremento del fondo de rescate, elemento esencial para eliminar el fantasma de los ataques despiadados de los mercados.
Alemania entiende que las economías deben ser más competitivas, para ello hay que contener el gasto, eliminar la deuda, y disminuir los costes de producción, y una de las maneras es desligar salarios de inflación y asociarlos a la productividad, algo que el país teutón lleva haciendo desde hace años con motivo de la crisis de deuda por la que atravesó, de hecho durante los últimos años en Alemania los salarios se han incrementado en menos de un uno por ciento anual, mientras en Francia ha sido casi del dos y en España, como consecuencia del boom inmobiliario y de la ligazón sueldo-inflación fue del tres por ciento. Esto ha hecho que la economía española se haya hecho menos competitiva, cayendo su productividad al no existir un estímulo adicional como es asociar los sueldos de los trabajadores a los resultados de sus empresas y por ende a su productividad.
Estas exigencias alemanas dan directamente sobre las negociaciones que el gobierno español está llevando a cabo con los sindicatos, ya que estos consideran que las cláusulas de salvaguarda son fundamentales para mantener la capacidad adquisitiva de los trabajadores y una forma de impedir que tan solo se beneficien los empresarios de los momentos de bonanza económica. Entiendo los sindicatos que en los momentos de crisis los primeros perjudicados son los trabajadores ya que el primer recurso de los patronos es el despido y el ajuste de plantillas, por otro lado esgrimen que ligar los salarios a la productividad puede significar un desfase de uno o dos años entre ambos conceptos, es decir los salarios se incrementarían después de que se confirmara el incremento de la productividad. Por otro lado, también hay que hacer notar que el nivel de vida en España es menor que el de otros países del centro y norte de Europa y que convergencia es un concepto amplio que también incluye el acercamiento de estos parámetros económicos.
En lo que todo el mundo está de acuerdo es en que es necesario incrementar el Fondo Europeo de Rescate para preservar nuestras economías y a nuestra moneda, en que hay que incrementar la productividad de las empresas, en que en un mundo global hay que disminuir los costes si se quiere ser competitivo y hay que mejorar las calidades de nuestros productos y, en que la marca Europa incluye un sistema de protección social que hay que preservar y mantener. 
Pero una cosa importante es que no deben olvidar tanto las grandes potencias económicas como el resto de los países que la crisis nació de la no regulación suficiente del sistema financiero y que por tanto hay que tomar las medidas necesarias para que esto no vuelva a ocurrir.

No hay comentarios:

Proverbio castellano

Quien no oye consejo, no llega a viejo.