Una investidura un tanto extraña, Sánchez solicitando la abstención a la derecha olvidando que su sustento se encuentra en su izquierda y en los nacionalistas, Iglesias descarnado aireando las diferencias que se han encontrado en las reuniones exigiendo un respeto que se manifieste en areas ministeriales de transcendencia....
Sánchez no llevó bien su mano a mano con el líder de Podemos, no aprovechó el momento para acercar posiciones sino que utilizó el hemiciclo para sembrar la duda en la relación con UP, no mostró confianza sino desconfianza, no supo transmitir el hecho claro de que las decisiones del futuro gobierno de coalición deberían contar con los votos de otros partidos y que por tanto no solo son cuestión de los de Podemos y de los socialistas,... en definitiva no supo limar las diferencias que existen entre los partidos de iquierda y acercar las posiciones.
Es una pena que la conclusión a la que llegamos los ciudadanos que deseamos un gobierno de iquierda es que las posiciones intransigentes de los dirigentes y sus intereses personales han triunfado sobre el diálogo y el acuerdo, Iglesias de mostró muy dolido con Sánchez y lo manifestó de la forma más airada posible, saco a la luz las diferencias y evitó mostrar cuales eran las coincidencias, me recuerda al antiguo dirigente de IU Julio Anguita con su frase "programa, programa, programa,..." olvidando las realidades en la que se mueve la sociedad española, nuestro país está en el seno de la Unión Europea en un mundo donde la economía liberal es la que dicta y condiciona los movimientos de los estados.
De la derecha tan solo puedo decir que oir a Abascal era como oir a los dirigentes franquistas antes de la muerte del dictador, mientras el líder del PP se mostró comedido y seguro en su posición de jefe de la oposición y, Rivera se convirtió más en un líder de la ultraderecha intransigente y demoniaca, sobrepasó incluso las posiciones de Vox y llegó a pareces como un iluminado que conoce cual va a ser el futuro....lamentable.
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