La nueva legislatura se inicia con cierta crispación por los presos del procés.

La sesión inicial de la nueva legislatura. con la socialista Meritxel en la presidencia, parece indicar que nos espera aún más crispación. El señor Rivera no pierde la oportunidad de figurar, ayer quejándose a la presidenta de las formas con las que los diputados independentistas presos acataban la Constitución. Lo de Rivera con los separatistas catalanes es visceral, no hay tregua, la pena es que es algo que se ha ido cociendo a fuego lento y que al final las actuaciones y decisiones de los grupos independentistas han provocado sin duda esta rivalidad visceral, algo que al líder de ciudadanos no molesta porque le da votos. De los extremistas de derecha, veinticuatro diputados, es lo que se esperaba, pataleo y juego sucio siempre que puedan. Casado guardó las formas en el hemiciclo, aunque posteriormente se explayó ante los medios.

Lo bueno, sin duda, la elección de la presidente sin necesidad de los votos de los independentistas catalanes. Quizá los socialistas logren la presidencia del gobierno sin tener que recurrir a ellos, no porque no sea necesario el dialogo para intentar solucionar de una vez el conflicto sino para mostrar que los primeros que cumplen con los deberes constitucionales es el Psoe, al que nadie le puede dar lecciones.
Tras algunos vaivenes en la decisión de suspender a los independentitas presos elegidos diputados en la que la presidencia intentó un pronunciamiento del Tribunal Supremo,  la mesa del Congreso ha acordado suspenderlos en base a un informe de los letrados de la cámara.