Hoy es el cuarenta aniversario de la Constitución española, aprobada en el año 1978 fue el fruto del consenso de los partidos políticos y abrió este país a la democracia y a la libertad. La carta magna incluyó, como fruto del acuerdo, la definición de España como un estado social, democrático de derecho, la separación de poderes, las libertades y derechos fundamentales, la estructura del estado de las autonomías una concesión para las nacionalidades históricas, y la restauración de la monarquía, quizá una concesión a la dictadura que finalizaba.
Gracias a esta norma hemos convivido en paz, en el gobierno del estado se han sucedido gobiernos de distinto signo, se ha consolidado el estado autonómico con la aprobación de los estatutos de autonomía y la asunción de competencias, el nuestro es uno de los países de occidente más descentralizados; sin embargo, hay zonas oscuras contra las que hay seguir luchando, la primera sin duda la corrupción de los políticos y de los partidos, y en los últimos años las reivindicaciones secesionistas de algunos partidos catalanes que quieren romper con España al no sentirse identificados con nuestro país. Quizá sea este último el gran problema al que se enfrenta nuestra constitución, por eso se han oído voces pidiendo su modificación para entre otras cosas dar un tratamiento especial a los catalanes independentistas. Frente a ésto se ha producido el renacimiento de la derecha nacionalista, rancia y segregadora que pide todo lo contrario, pero hasta estos intolerantes se amparan en la libertad que protege nuestra constitución para expresar sus ideas.
Creo que hemos de estar contentos con nuestra Carta Magna, nos ha permitido desarrollarnos en un clima de libertad y paz, sin duda puede que necesite retoques o modificaciones que deberán realizarse como fruto del consenso de todas las fuerzas políticas.
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