domingo, 17 de septiembre de 2017

Qué fácil es ser independentista.

Qué fácil ser independentista, tengo claro que si estuviera en Cataluña podría estar engatusado por los secesionistas, por esa fe que parece llevarlos hacía un mundo mejor, esa fe basada en hechos diferenciales como la lengua y ciertas costumbres, las torres humanas, la butifarra,... y en otras diferencias más artificiales y subjetivas, como trabajamos más, somos menos vagos, más ahorradores, más solidarios, más educados,... ¿hechos diferenciales? pues que cada uno los evalúe. Los independentistas han olvidado las ideologías, da igual que seas de derecha, de centro, de izquierda, anarquistas, comunistas o antisistema, porque ahora no tocan, ahora es el momento de la señera como camiseta, de los gestos democráticos, como paz, derecho a decidir,... Lo único es que si no eres independentista y lo manifiestas, te miran mal, te relegan a un segundo plano, te retiran el saludo, te hacen pintadas diciéndote fascista, o te insultan con la palabra "español", en esto no cuentan ni los apellidos porque lo mismo te encuentras a un Sánchez secesionista y a un Iceta no independentista.
Los hechos cuentan, los líderes se bañan en multitudes monocolor que gritan consignas sin cesar, se apoyan en el inmovilismo del gobierno español que tan solo sabe utilizar a los jueces y al artículo 155 de la Constitución, que es sordo al movimiento y que para colmo lo alimenta. Para los secesionistas es fácil el mensaje, tan solo queremos votar, expresarnos en las urnas que es la expresión más clara de democracia y de libertad que la Constitución ampara, el PP y sus colegas de Ciudadanos, con el gobierno a la cabeza utilizan la ley y los jueces y fiscales, su explicación es un tanto más  compleja no se puede ir contra la ley establecida, se trata de un referendum ilegal porque la Constitución no lo contempla, nadie debe ir en contra de la norma establecida, como decía Nadal no te puedes saltar un semáforo en rojo,.... ésta sea quizá la frase más simple que he oído.

Pero la ley se puede cambiar, todo depende de la voluntad de los políticos, de la necesidades de cambio que la ciudadanía reclame, por que la Constitución del 78 es la del consenso, la que nos ha permitido cuarenta años de estabilidad democrática; sin embargo, a veces es necesario modificarla, adaptarla a las nuevas exigencias y necesidades, cambiarla para que siga siendo una norma integradora que aporta estabilidad a nuestro país y a nuestros ciudadanos, necesitamos cambios, eso está claro, hay que dar salidas políticas, y ésto está en las manos de los partidos de derechas y de izquierdas. Porque tal y como vamos, no se va a parar la corriente independentista, más cuando las acciones de nuestro gobierno están sirviendo de motor al independentismo.

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Proverbio castellano

Quien no oye consejo, no llega a viejo.