Estamos en momentos delicados para occidente, especialmente Francia está sufriendo el azote de los actos terroristas de los radicales musulmanes, ataques coordinados o actos aislados de lobos solitarios. El temor de casi todos los países es que se produzca algún atentado ya que resulta casi imposible controlar a todos los posibles terroristas.
Del análisis de las razones por las que se producen atentados siempre ha destacado el hecho de la no correcta integración de las jóvenes generaciones de hijos de inmigrantes. Francia se vanagloriaba hasta hace poco de esa integración, sus equipos deportivos están llenos de atletas de origen magrebí, africano,....
Pero cuál es la responsabilidad de los musulmanes, de los clérigos que adoctrinan a sus feligreses en las mezquitas que hay en toda Europa, donde la libertad de expresión y la libertad religiosa son derechos inalienables y fundamentales que se sitúan sobre todo. Hemos oído hablar de cómo algunos países árabes financiaban los centros de culto y pagaban a los ulemas o curas musulmanes, también Marruecos utiliza este medio para por un lado mantener las costumbres de sus nacionales y por otro para de alguna manera controlarlos. Esa libertad que ofrecen nuestros países es de alguna manera utilizada de forma fraudulenta por ciertos fanáticos religiosos que adoctrinan a jóvenes no siempre bien adaptados o integrados en la sociedad occidental, la intención es clara, la de marcar diferencias con nuestras costumbres, la de elevar la religión musulmana y sus preceptos a norma suprema procedente directamente de Alá, por tanto basada en la fe e imposible de ser contestada o discutida. Se está produciendo una cierta involución, una vuelta a los orígenes, al pasado feudal que es el que, en mi opinión, representa este renacer religioso. En la fe encontraras la verdad, los que no siguen los preceptos, la charia, deben ser castigados,... estos principios se unen al principio de que Occidente es Satán.
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