Las corrientes políticas fruto del descontento de parte de la población española canalizaron sus deseos a través de Podemos y las Mareas, y en las elecciones generales esto se tradujo en ser la tercera fuerza parlamentaria. Ayer en el Congreso su líder, Pablo Iglesias, se estrenó con un duro ataque a Pedro Sánchez y a los socialistas, llegando al insulto y la descalificación, como si se tratara de un mitin político en el que hay que animar a los asistentes y, fue especialmente duro al calificar al expresidente Felipe González como el presidente de un gobierno que practicaba el terrorismo de estado. No entiendo el discurso de este novel político, en parte me parece que confunde libertad de expresión con chulería, porque en cierto modo fue lo que hizo, se chuleo frente a los diputados del Psoe e insultó al partido como institución. Y en política no todo vale, el apoyo electoral del que dispone no le da derecho a utilizarlo de la forma que considere, Iglesias esta cayendo día tras día en la soberbia del que se considera líder carismático, olvidando que la base de su partido es el movimiento asambleario. Pero es que estas formas lo único que han conseguido es el rechazo del Psoe y de los votantes socialistas, lo que han hecho es crear un abismo entre las dos formaciones, que ahora mismo lo único que hará es facilitar cualquier acuerdo entre las dos formaciones. No se si la sobreactuación de Iglesias va dirigida a afianzar a sus electores y a un intento de arrancar votos del ala izquierda del Psoe y de IU con objeto de posicionarse claramente ante las casi seguras nuevas elecciones, pero para mi que lo que ha conseguido es un efecto rebote. Si antes no me gustaba este profesor de políticas reconvertido en líder de masas, ahora me gusta mucho menos, porque además parece algo perdido en lo que es el entorno político y económico en el que nos movemos, no estamos ni en sudamérica, o mejor dicho ni en Venezuela ni en Bolivia ni en Ecuador, estamos en Europa, en el seno de la Union Europea, con unos compromisos y acuerdos con nuestros socios, con los que podemos discrepar, sí, pero siguiendo los cauces establecidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario