La derecha de este país ha tenido durante muchos años un único nombre, Partido Popular, su unión venía reforzada por el éxito en las elecciones a todos los niveles. Nunca un partido había concentrado tanto poder, tanto que le ha permitido gobernar en todos los niveles sin apenas oposición, haciendo e imponiendo sus politicas liberales en lo económico y en lo social. De hecho la crisis la han afrontado haciendo recaer sobre los trabajadores el peso de los recortes, protegiendo en todo momento a los bancos y a las grandes empresas, las reducciones de plantilla se han facilitado con la reforma laboral y los recortes salariales así como la subida de impuestos han recaído sobre los de siempre. Las estadísticas no engañan y la brecha salarial se ha incrementado en estos años de crisis.
El olvido de la derecha de los derechos sociales, de la sanidad y de la educación, su inactividad ante los desahucios y ante los sufrimientos de los más pobres ha comenzado a pasarle factura. El resultado ha sido la conversión en partidos de distintas plataformas socio-políticas, articuladas en torno a las siglas de Podemos, la aparición de candidaturas populares para las elecciones locales y, también el crecimiento de un nuevo partido de derecha, más centrado y con tintes más democráticos, Ciudadanos. El Psoe e IU no han sabido recoger a todo ese electorado harto e inconformista, incluso los comunistas han visto como sus bases abrazaban a los nuevos partidos haciéndoles casi desaparecer.
El resultado de los comicios locales y autonómicos han forzado a todos los partidos a negociar, a poner sobre la mesa exigencias de las que dependían los votos para las investiduras. Ciudadanos se ha convertido en llave en multitud de municipios y autonomías, siguiendo una línea que nos ha causado cierta sorpresa y que quizá les afecte de cara a las generales, apoyar a la lista más votada sea ésta la del PP o la del Psoe nos hace pensar en cierta indefinición ideológica.
Ahora en nuestro mapa municipal no destaca tanto el azul, el rojo del Psoe, el morado de Podemos, el verde de los nacionalistas vascos, también se distingue. Veremos si en los gobiernos autonómicos lucen también.
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