sábado, 10 de mayo de 2014

Elecciones europeas.

En mayo se celebraran las elecciones al Parlamento europeo y también a la presidencia de la Comisión, la campaña política ha comenzado y los partidos nacionales se prodigan en mítines, publicidad y actos diversos pidiendo el voto a la sociedad europea. Con la crisis parece haber bajado y mucho la conciencia europea, ese ente supranacional donde se han decidido muchas de las políticas especialmente económicas que los estados inmersos en la crisis han tenido que cumplir. El Consejo presidido de facto por Alemania y sus satélites del norte y la Comisión en mano de los conservadores han marcado el camino a seguir, han dictado los sacrificios, las reformas que hacer, las ayudas condicionadas que se pueden recibir,... han mostrado a mi entender un talante liberal que da miedo. Las políticas sociales han pasado a un segundo plano, la prioridad han sido los bancos y la devolución de la deuda por parte de los estados en crisis, por eso creo que han iniciado el desmantelamiento de la Europa del bienestar. 
El Parlamento europeo, ahora con algunas potestades más, no ha sido capaz de suavizar las políticas de la Comisión, los dos grandes grupos que lo componen, conservadores y socialdemócratas apenas han influido, y hoy nos piden que acudamos a votar. Algunos llaman a nuestra puerta para convencernos de la importancia de estas elecciones y la necesidad de participar pues está en juego primero quien será el nuevo presidente de la Comisión y después si serán los conservadores o los socialdemócratas quienes dominen la cámara. Lo hacen desde las formaciones nacionales, Cañete como cabeza de lista del PP y Valenciano del Psoe, dos políticos nacionales que siguen actuando en clave nacional. Otras formaciones como IU, UPyD también acuden esperando que el resultado indique que el mapa político español ha cambiado y se acerca el fin del bipartidismo. Otros como los nacionalistas lo hacen en clave nacional, valga la redundancia, midiendo el peso que sus formaciones independentistas tienen en sus comunidades. Y otros aún más minoritarios por la izquierda o por la derecha se presentan identificándose con la pureza ideológica.
A lo que iba, votar siempre es importante porque nos permite posicionarnos, elegir a quien consideramos que defenderá mejor nuestros intereses, pero tal y como se plantean las elecciones, en clave local, dan ganas de no ir. Mejor sería que la circunscripción fuese única en toda Europa, que las listas estuvieran formadas por personas de los distintos países que responden a una ideología concreta, que defiendan políticas realmente europeas y no nacionales, porque mientras no se logre ésto el Parlamento elegido responderá más a los estados y a sus intereses que al concepto de Europa como nación.

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