El otro día me sorprendió la noticia de que Suiza iba a
prohibir la entrada de trabajadores procedentes de la UE, que rara se me hizo
sobre todo al pensar que lo que debería hacer es prohibir la entrada del dinero
que algunos ciudadanos de la UE evaden de sus países de origen y que tienen
como destino a esos grandes bancos suizos. Desde luego esto si nos vendría de
perlas.
Hoy me he entretenido en leer un artículo del premio Nobel
de Economía Paul Krugman, "La Solución del 1%" en El País, famoso por su oposición a la política económica
que actualmente practican casi todos los estados, especialmente en Europa.
Hablaba de la cifra del 1%, mágico número que indica que el 1% de la población
mundial que posee los grandes capitales son los que están más
contentos con las políticas de austeridad y recortes que muchos países están
poniendo en práctica. El resto de la población está más preocupada por el
índice de paro galopante y por los problemas asistenciales que se están
produciendo a causa de estas políticas.
Por último, en un programa de televisión escuché a un
profesor de economía de Barcelona explicar que el dinero que actualmente es
defraudado por las empresas, sobretodo las grandes, y por la economía sumergida
asciende a unos setenta mil millones de euros, más o menos lo que actualmente
tenemos de déficit. Supongo que si los inspectores de hacienda se dedicasen a
investigar a estas empresas y a las fortunas se recuperaría mucho más dinero
que el que se obtiene al hacerle la paralela a los asalariados para ver si existe
alguna diferencia con lo declarado.
La conclusión de estas y otras múltiples noticias es que el
poder económico es el que dicta la política económica desde la premisa de que a
quien hay que proteger es a ellos mismos, lo demás, desempleo, derechos
sociales,.... es accesorio.
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