Las elecciones del 20 de noviembre tienen un
significado especial, a parte de la fecha, volvemos a encontrarnos con la
posibilidad de que el PP vuelva a gobernar tras dos legislaturas socialistas.
La situación actual es muy distinta a la de otras convocatorias, el tema
económico prima sobre todos los demás, la crisis y especialmente el excesivo
número de parados que hay en nuestro país exigen un cambio radical en las
políticas que desarrolle el próximo gobierno.
Si triunfa Rajoy parece que las medidas seguirán
en el mismo sentido, reducción del gasto de la administraciones y por tanto
posible reducción de los derechos sociales, sanidad y educación principalmente,
en otro aspecto y según dicen disminución de impuestos a empresas y grandes
fortunas para ver si de esa manera se activa el consumo y con él la economía,
en definitiva más de lo mismo con la única diferencia de la disminución de
impuestos.
Por el contrario si el ganador es Rubalcaba
éste nos predica otras recetas, aumento de los impuestos a ciertos productos
como los del alcohol y el tabaco, también a las grandes fortunas, modificación
del impuesto del patrimonio y exigencias a los bancos de que contribuyan cuando
hayan resuelto sus problemas. También dice el candidato socialista que es
necesario estimular nuestra economía huyendo de la receta única de apretarse el
cinturón.
Si los votantes del PSOE descontentos con lo realizado por el gobierno
de Zapatero en esta legislatura optan por dar su voto a otros partidos, ya sean
de la derecha o de la izquierda, aumentaran las posibilidades de que los
populares no solo ganen sino que además lo hagan por mayoría absoluta, y en mi
opinión no está el país para esto, todo lo contrario lo que necesita es
desarrollar una política de pactos, ya que los gobiernos de concentración seran
difíciles, en los que todos arrimen el hombro pues es mucho lo que nos jugamos.
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