La sorpresa que nos tenía preparada el presidente del gobierno es de las suyas, aunque pensándolo bien ha hecho lo de siempre, en materia económica, es decir lo que le han dictado desde centroeuropa. Nuestro gobernante parece querer pasar a la posteridad antes de abandonar el gobierno, sigue parcheando y sigue sin haber atacado una reforma fiscal en toda regla que permita al estado obtener recursos no solo de apretarse el cinturón sino también de unos impuestos progresivos que penalicen a los que más tienen, no se lo que le pasa a éste socialdemócrata-liberal que tanto miedo le tiene a tocar a los ricos. Será la amenaza de que se llevaran el dinero de nuestro país, y que dejaran de invertir, pero si nuestro presidente no es sordo habrá oído que en Francia, en Italia y especialmente en EEUU los poderosos han alzado la voz pidiendo contribuir con sus impuestos, al menos pagar lo mismo que sus trabajadores, aquí no se si lo escucharemos pero al menos le podía servir de excusa para crear algún impuesto o incrementar algunos.
Bueno, al final hemos de estar contentos porque por una vez los dos grandes partidos se han puesto de acuerdo para algo, aunque sea para establecer un techo de gasto constitucional. Porque es mejor hacerlo así que acabar con el estado autonómico o con la autonomía financiera municipal. Así al menos todos sabremos a lo que atenernos y Rubalcaba sabrá quien es su compañero de partido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario