martes, 29 de marzo de 2011

El capital pone en peligro los derechos de los trabajadores y el modelo social europeo.

Una de las consecuencias más importante de la crisis es sin duda el aumento del paro, especialmente en España donde actualmente supera el veinte por ciento y las perspectivas a corto plazo siguen siendo pesimistas, de hecho los cálculos más optimistas indican que habrá que esperar tres o más años para ver crecer el empleo. Ante esta lacra la respuesta de los países es sorprendente, para los de la UE lo importante es la disminución del déficit y por tanto la disminución del gasto público, todo de la mano de la gran Alemania y de su vecino Francia que se han convertido en los líderes incontestables de Europa y que supeditan cualquier tipo de ayuda a la toma de diversas medidas por los estados en apuros que se basan fundamentalmente en la reducción del gasto y la contención de los salarios haciéndolos depender de la productividad y la realización de reformas que convenzan a los mercados. Ejemplos los tenemos en casi todos los países, donde se ha optado por la reducción de los sueldos de los funcionarios, la disminución de plantillas, la limitación del techo de gasto, la disminución de los beneficios del estado del bienestar,..... 
Sin duda ser trabajador comienza a convertirse en un peligro, somos los receptores natos de la mayoría de las medidas, tomadas por gobiernos socialistas o conservadores. Para colmo hemos de aguantar porque sino nuestros empleos peligran y podríamos ir directamente al paro. Mientras, los bancos, las entidades financieras y las agencias económicas, es decir los grandes responsables de la crisis, vuelven a los beneficios  y  sus directivos mejoran sus sueldos inclso respecto a los años anteriores a la debacle.
Yo pensaba que cuando se entraba en crisis y la economía iba camino de la recesión una de las recetas era incrementar la inversión pública, de manera que el estado tirara de la economía y de esta manera las empresas tuviesen un apoyo en el que basarse para volver a ser rentables, generar riqueza y empleo. Al menos eso es lo que siguen defendiendo algunos economistas como Paul Krugman quien en diversos artículos defiende la actuación del estado como medio para restablecer la crecimiento y disminuir el paro.
Pero en este mundo de "economia globalizada" mientras los países occidentales apenas pueden salir de la crisis nos encontramos con que diversas economías no han cesado de crecer, son las de los países emergentes a los que no ha llegado la crisis de la misma manera, donde el peso del estado sigue siendo menor, especialmente porque lel estado del bienestar no existe y los derechos de los trabajadores brillan por su ausencia, (no pueden negociar sus contratos de trabajo y deben conformarse con sueldos que apenas les dan para subsistir). Por ejemplo en China, donde sus trabajadores  la mayoría desplazados desde las zonas rurales no solo trabajan más horas y más días que los europeos sino que a cambio reciben unos sueldos que tan solo les dan para comer y malvivir y, ¿para quien trabajan ? pues en muchos casos para las fábricas de las multinacionales occidentales. Éstas han desplazado sus producciones a los países en los que los costes laborales son mucho menores, disminuyendo los costes de producción. Estos grandes imperios económicos no han pensado en las  consecuencias, la primera el incremento del paro en zonas de Europa o EEUU donde antes se encontraban las factorías,. Por otro lado en estos países emergentes se están fabricando productos que aunque no tienen la misma calidad que por ejemplo los europeos son mucho más baratos, y con ellos nos están invadiendo , dando lugar a fuertes crisis como la del calzado o  la textil.  Y no solo eso sino que nos encontramos con que en  cualquier ciudad o pueblo de España  existe ya una tienda o una gran superficie que no respeta horario comercial alguno y donde se venden todo tipo de productos hechos en China y en las que los trabajadores son ciudadanos chinos que además parecen no tener ningún día de descanso.. Ante todo esto nuestros empresarios piensan que para competir es necesario disminuir costes, pero cuales, en primer lugar los del trabajo, disminuyendo la plantilla e incrementando el número de horas de trabajo, es el recurso menos costoso y más rápido, el otro sería invertir en calidad, en investigación e innovación con objeto de obtener mejores y más novedosos productos. 
Es cierto que estos países tienen derecho a desarrollarse y mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos, pero no creo que sea necesario crecer tan rápido y a costa de los derechos de los trabajadores, los propios y los de los demás países que acaban en el paro. Nuestras fronteras deben estar abiertas a los productos de estos países, pero en mi opinión no sería malo condicionar esta apertura a la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores, al respeto de los derechos básicos, por ejemplo la negociación de contratos y de las condiciones de trabajo, a la existencia de seguridad social, al derecho al desempleo,.etc. En la situación actual los únicos que siguen ganando son los capitales, que se mueven allá donde obtienen mayor beneficio sin importarles en ningún momento las consecuencias.

Negra veo la situación, en este contexto el paro dificilmente bajará, el estado social dificilmente podrá subsistir y los derechos de los trabajadores, que tanto ha costado conseguir, corren el riesgo de desaparecer. Quiza sea el momento de la movilización, de la lucha contra el capital, de la defensa en definitiva de nuestro modelo de sociedad.

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Proverbio castellano

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