sábado, 5 de junio de 2010

Nos jugamos mucho, es el momento de la concertación.

No es momento para individualismos, ni luchas partidistas, no es la  hora de las elecciones sino de la puesta en común, del mayor consenso. Y la responsabilidad corresponde al gobierno y al partido que lo sustenta, hay que olvidar los muchos errores cometidos, la idea inicial de que para gobernar bastaba con una pobre mayoría y con acuerdos puntuales que permitan aprobar las distintas leyes, sin compromisos ni coaliciones, haciendo malabarismos de última hora para conseguir los apoyos necesarios. Efectivamente el gobierno debe actuar con celeridad, con coherencia, con la planificación necesaria, pero necesita el apoyo de los demás grupos parlamentarios, cuantos más mejor, no creo que deba repetirse la actuación del decretazo, solos ante el peligro como salvadores de la patria, no se puede permitir que el nuevo decreto de reforma laboral sea únicamente el fruto del gobierno y del psoe.

Ahora más que nunca necesitamos que se dialogue con la oposición y se llegue a un acuerdo para poder presentar ante el parlamento y ante la ciudadania una norma fruto del consenso que enfrente claramente un nuevo marco laboral más ágil, que preserve derechos y que a la vez permita una mayor dinamismo de nuestro mercado laboral, que penalice el trabajo precario y el temporal, que prime la estabilidad, que nos permita ser más competitivos y especialmente que de una vez por todas evite que se produzcan sangrías como la que en estos momentos se está produciendo. Sin defender a los empresarios, es necesario reconocer que el actual sistema de convenios no funciona, hay que asociar incremento salarial con incremento de la productividad y con los resultados de las empresas, no podemos asociar los salarios con otros índices como la inflación, porque crearemos situaciones ficticias que al final nos explotaran.

Seamos realistas, no estamos solos en el mundo, el mundo nos está mirando es necesario que nuestros gobernantes y nuestros partidos piensen en que lo que nos estamos jugando es una cuestión de estado.

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Proverbio castellano

Quien no oye consejo, no llega a viejo.