El PP arrasa en Madrid de la mano de la simplicidad del mensaje.

 La simpleza del mensaje de Ayuso le otorga el triunfo, la población ha votado en términos económicos, esto es lo que han hecho los camareros, los hosteleros, que han visto en el modelo de Ayuso lo que les salva de llegar a fin de mes y de no cerrar, también para muchos jóvenes votar a Ayuso significa manifestar su no a las restricciones que limitan sus movimientos y sus diversiones, otros ciudadanos  han decidido ir contra el gobierno, contra los confinamientos y contra no movilidad. Porque que sepamos no ha habido programa, no ha habido propuestas, Ayuso tan solo se ha limitado a contraponer "libertad", tal como ella parece entenderla, a medidas impuestas por el gobierno. 

Nadie se ha atrevido a poner sobre la mesa lo que sucede en Madrid y en España, el número de muertos que esta suponiendo la pandemia, las ucis de los hospitales, especialmente en esta comunidad, casi saturadas durante meses, nadie ha dicho que los sanitarios de los hospitales están agotados, están con problemas psicológicos,... 

Por eso hemos de decir que ha ganado lo descafeinado, lo carente de programa, el discurso fácil que busca complacer envuelto en una especie de rebeldía frente al gobierno central. Madrid la capital, la privilegiada durante décadas, a la que parece que no le falta de nada, la que baja impuestos y crea diferencias con respecto al resto de España, la que acumula las mejores comunicaciones, la residencia del gobierno central y del autonómico, la sede de las grandes multinacionales españolas atraídas por la concentración de poder  y de medios. 

Porque señores, Madrid se ha convertido en la región española más rica que además quiere ejercer su supremacismo. Y que difícil es ser de izquierdas en esta ciudad, especialmente los jóvenes acostumbrados a una vida buena, sino bastante, con capacidad adquisitiva y sin mucho trabajo a parte de estudiar, y zas de pronto aparece una enfermedad, a la que llaman pandemia, que afecta más a los mayores, que la mayoría de ellos si se contagia o no tiene síntomas o son leves,... y van y le dicen los gobernantes que han de quedarse en casa, que no pueden hacer reuniones, que no hay bailes ni espectáculos,... joder que duro. Y por más cuidado que ponen la rebeldía  les sale, y los grupos los llevan, y.... Y ahora elecciones, ¿a quién votamos? ¿a esos que dicen quédate en casa, ponte la mascarilla, que no te dejan viajar,...?, pues van de culo, hay una chica que dice que lucha por la libertad, por no cerrar, por poder tomar cervezas con los amigos, con permitir viajar,... no hay duda la votaremos. Parece que no se piensa en los mileuristas, en lo difícil que es encontrar casa, en nuestros mayores, en los sanitarios y en los  hospitales,... esa es otra guerra y no nos toca. Y esto lo podríamos extrapolar a los no tan jóvenes.

Creo que algunos habrían de mirarse bien, todo comenzó en Murcia con un Psoe que ambicionaba la comunidad de la mano de Ciudadanos, y el tiro salió por la culata. Ahí la dama madrileña salió astuta y rápidamente convocó elecciones, que el pueblo se pronuncie de nuevo es algo muy democrático. Iglesias recogió el reto y se la jugó, Sanchez no valoró suficientemente la situación, mantuvo a Gabilondo y enfrentó la calma, la sabiduría a la juventud, la desobediencia y la rebeldía que representaba Ayuso entre los jóvenes, y menos mal que los franceses no votaban, a muchos trabajadores de la hostelería y a muchos ciudadanos que se sentían encarcelados con el confinamiento.

No se quién asesoró a Sánchez, ¿Iván Redondo?, pues si es él ya se ha equivocado varias veces y de forma irremediable. Seños Sanchez piense y analice.