El gobierno popular está empeñado en recortar aquello que más afecta a los más débiles. Nuestro país presumía de un sistema sanitario de los mejores del mundo y a un coste menor. Lo que quiere decir que en términos económicos el sistema era más eficiente que el de otros países occidentales; sin embargo, ahora para el PP la sanidad se conceptúa con criterios empresariales, debe dar beneficios y para ello hay que privatizarla, no importa que la constitución hable de una atención universal y gratuita. Ahora junto a los recortes, al incremento de las aportaciones farmacéuticas, al copago, nos encontramos con una nueva tasa que grava a los más necesitados, a aquellos que necesitan tratamientos especiales, complejos, a los que se les suministra medicamentos en los hospitales.
No se cuanto se ahorra, porque el mismo sistema necesita recursos para ponerse en marcha, lo que si me parece es que indirectamente se puede producir resultados muy desagradables, muchos enfermos pueden abandonarse ante la imposibilidad de pagar los medicamentos, y habrá casos en los que ésto les llevará a la muerte. Pensando muy mal, no se si el ahorro que se pretende se consigue si se producen estos acontecimientos.
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