En Andalucía parece haberse sincronizado el cambio de gobierno propiciado por la dimisión de Griñán y, un auto de la jueza Alaya en el que imputa a dos expresidentes y a cinco exconsejeros de la Junta de Andalucía. Nada más y nada menos que Manuel Chaves, expresidente actualmente diputado, Griñán también expresidente y dentro de poco senador, y los exconsejeros Carmen Martínez Aguayo, Francisco Vallejo, José Antonio Viera, Manuel Recio y Antonio Ávila. Todos estos nuevos imputados son aforados por lo que la jueza deberá ceder la instrucción al Tribunal Superior de Justicia de Andalucia y al Tribunal Supremo, en el caso de diputados nacionales y senadores. Ojalá la intervención de estos dos tribunales permita una instrucción más ágil y rápida en aras a finalizar un procedimiento que parece un auténtico culebrón.
A la nueva presidenta le ha dado el tiempo justo para formar un nuevo gobierno en el que ha excluido a todos aquellos que pudieran ser imputados, un ejecutivo en el que ha primado el partido en un intento por eliminar disidencias y en el que la única provincia sin representación ha sido de nuevo la de Almería, algo que Susana Díaz deberá de compensar de alguna manera, máxime cuando el Psoe de esta provincia ha sido uno de sus máximos apoyos.
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