En el anterior blog me hacía eco de un correo que recibí procedente de una universidad española en la que comparaba el número de empleados públicos de España con el de otros países europeos como Alemania. Hay que rectificar pues la fuente no es tan fiable como pensaba.
Si quiero decir que durante la época de la abundancia en este país se han cometido excesos, se han creado empresas públicas, fundaciones, y otros organismos donde se han colocado a militantes, simpatizantes, familiares y amigos del partido político que estaba en el poder, a ello hay que unir el gran número de asesores contratados en las distintas instituciones del estado, en ayuntamientos y diputaciones. Creo que nuestro sistema democrático debe velar porque esto no vuelva a ocurrir y, antes debería reestructurar y adelgazar todo la administración paralela que ha ido creando.
Otras cuestiones pendientes de nuestro sistema político son la ley de la transparencia de las AAPP, la limitación de los salarios de los políticos electos, especialmente en ayuntamientos y diputaciones, la ley que regula los grupos de presión, una norma que regule el funcionamiento interno de los partidos,..... En fin, nuestra joven democracia aún debe avanzar, y no quiero hablar de las reformas constitucionales pendientes.
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