sábado, 26 de agosto de 2023

Rubiales no dimite y cambia las portadas.

El indiscutible éxito de la Selección Femenina de Fútbol se ha visto empañada por el comportamiento y los actos del presidente de la federación Luis Rubiales. No es un presidente al uso, más bien tosco, de carácter dominante y nada amigable. Ser y estar en el puesto de presidente de una de la federaciones más importantes del mundo exige saber estar, saber comportarse, saber huir de las emociones y manifestar tan solo lo necesario, cosas que parece que nunca ha reunido este motrileño.

Extralimitarse en su comportamiento en la celebración de la consecución de la copa del mundo, con un beso robado a Jenni Hermoso, aprovechando el momento y su posición de dominio, es un hecho que debería llevar asociado la dimisión. Pero es que su justificación posterior aludiendo a que tan solo los tontos podían pensar que el beso era agresión, cuando tan solo era un 'pico' consentido, en lugar de ser una disculpa pareció una agresión.

Rubiales ha conseguido que los políticos olviden sus diferencias, que la sociedad clame por su salida del estamento futbolístico, que las jugadoras y muchos jugadores amenacen con no volver a la selección si él y su equipo no se van,...

Pero es que la actuación en la asamblea general extraordinaria de la federación fue de lo más escandaloso, no solo dijo cinco veces a voz de grito que no iba a dimitir, sino que se presentó como una víctima a la que quieren asesinar sus enemigos, y no le bastó con eso, sino que acusó a Hermoso de ser la que provocó y la que le incitó al 'pico', como el dice. Amen de dar lecciones de feminismo, incluyendo en el pastel a sus hijas, a las que parece que llevó para que lo apoyaran, puso de manifiesto lo que hay en el seno del fútbol español, porque muchos de los asistentes le aplaudieron, como los seleccionadores absolutos femenino y masculino, al primero se permitió hasta 'comprarlo por medio millón de euros al año durante cuatro años', no se si esa era la razón por la que aplaudía de esa forma.

Creo que debería pensárselo otra vez, pedir disculpas y dimitir. 

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Quien no oye consejo, no llega a viejo.