Aún recuerdo los últimos años de gobierno de Felipe González, con la derecha liderada por Aznar lanzada, desprestigiando a los socialistas y coreando la famosa frase "váyase señor González", de hecho lograron que el vicepresidente Serra dimitiera ante el acoso continuo que sufría. Fue y sigue siendo la estrategia que utiliza el PP para acabar con los gobiernos.
Ayer, asistimos a cosas inauditas que muestran cómo los magistrados elegidos por el PP para el Constitucional y para el Consejo General del Poder Judicial actúan de forma sincronizada con el partido de Feijoo. El cambio de rumbo del dirigente popular ha sido radical, se presentó como dialogante y predispuesto a conseguir acuerdos que desbloquearan los asuntos de estado y ha sido abducido por completo por el núcleo duro y dominante de su partido, que tiene como vocera a la presidenta de Madrid. Pero volviendo al tema, ayer asistimos a una actuación del presidente del TC inaudita cuando en menos de 24 horas convoca un pleno para tratar la demanda del PP de paralizar la votación por el Congreso de las normas que modifican las mayorías a la hora de renovar el mismo TC, jamás se había visto tanta diligencia en este organismo, y mucho menos con la actuación previa de impedir que la comisión del constitucional encargada de estos temas entrara a deliberar, lo que habría sido lo normal.
Que algunos jueces y magistrados que ocupan instituciones fundamentales para el estado democrático actúen de forma partidista y utilicen las instituciones de formas un tanto dudosas para impedir que se cumpla el mandato constitucional de renovar estas mismas instituciones es algo no solo impensable sino que podría pensarse que incluso no ajustado a derecho o no legal. Creo que son cuestiones a estudiar porque está claro que se necesita modificar las normas de renovación para impedir la situación que actualmente se da, miembros del CGPJ y del TC con su mandato caducado y bloqueo de su renovación.
Las fuerzas de la derecha nunca han dudado en utilizar todo lo que tienen en su mano para influir y condicionar la actuación de un gobierno de izquierdas, es el sino de nuestra historia y de nuestra aún joven democracia.
4 comentarios:
Los políticos con la toga azul impiden el mandato constitucional, con mandatos caducados siguen sin ningún reparo impidiendo junto con los partidos de derecha la renovación de las instituciones judiciales más importantes.
Que los mismos miembros de un TC caducado intenten impedir la forma en que son elegidos es una muestra de la baja catadura moral de alguno de sus integrantes.
El resultado de la votación del pleno del TC ha mostrado la división entre facciones derecha vencedora e izquierda. Vemos con claridad como la política se traslada a este tribunal, aunque con el desfase que significa el hecho de la no renovación de sus miembros. Debemos estar contentos con el halo de democracia e imparcialidad de algunos de sus miembros al lograr paralizar la reforma que significaría su sustitución.
Si alguien pensaba que con el nuevo recurso del Senado o con la exigencia de la fiscalía el TC iba a cambiar su forma de actuar es que es un iluso. La decisión del lunes, con los dos grupos discordantes, y sin que prosperasen las recusaciones de dos jueces era algo que se iba a mantener, ya metieron bien la pata y ahora no se van a desdecir, va contra su orgullo y su forma de ver las cosas, si me equivoco no lo voy a reconocer.
Son grandes y orgullosos profesionales en todos los aspectos.
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