Putin tiene la sartén por el mango

La estrategia rusa parece cada día más clara, su intención anexionarse el sur y el este de Ucrania, uniendo Crimea al territorio ruso. Rodear Kiev sería una forma de amenaza en la que además obligaba al gobierno ucraniano a dividir sus fuerzas, la mayor parte centradas en la defensa de su capital, y por tanto disminuyendo los recursos que se necesitaban para detener a los rusos en el este y sur del país. La gran capacidad del ejército ruso, que no solo se basa en los blindados, aviones y tropas de tierra, sino que utiliza armas estratégicas de gran destrucción y que no suponen riesgo alguno para sus soldados, sigue constituyendo una amenaza para el centro y oeste del territorio ucraniano.

El rodeo de Kiev tan solo perseguía dividir al ejercito ucraniano.

Putín parece haber tenido en todo momento la sartén por el mango, ha movido sus peones, ha amenazado sin complejo alguno, ha seguido recibiendo financiación de los mismos que les imponían sanciones, todos los días la compra de gas y demás combustibles supone una entrada de dinero procedente de Europa con lo que subvencionar la guerra. El líder ruso ha logrado dar el mensaje, Rusia es una superpotencia a la que no se puede olvidar ni menospreciar, dispuesta a todo con tal de mantener su entorno seguro. Que los países de la Unión Europea se hayan mostrado unidos, es algo pasajero que durará mientras no se ponga en riesgo la entrada de gas ruso, Europa y en concreto Alemania ha asumido que Ucrania se dividirá en dos y que Rusia dominará el este y el mar negro, con las abundantes reservas minerales que parecen tener sus suelos, por ejemplo los yacimientos de litio que tan necesarios son para la industria occidental. Cuando caiga Mariúpol, la guerra habrá dado un salto cualitativo y cuantitativo y el mapa de Europa quedará definido de nuevo.

La caída de Mariúpol será el triunfo final en la estrategia de Putín.

Los únicos beneficiados con esta guerra son las empresas energéticas, y la industria de armamento, mientras que los más perjudicados son los ciudadanos ucranianos que mueren, que malviven en ciudades destruidas o que han tenido que abandonar su país para protegerse ante la destrucción indiscriminada que produce el agresor ruso. Los demás lo sufrimos de otra forma que nos hace día a día más pobres, ante la escalada de precios.

Los grandes beneficiados a parte de Rusia, las empresas energéticas y la industria de armamento.

Sí, en mi opinión Putin tiene la sartén por el mango, las derrotas de sus tropas son solo aquello a lo que estaba dispuesto a sacrificar con el fin de lograr su objetivo: dividir Ucrania anexionándose el este y el sur del país.

No es la primera vez que Rusia juega con occidente, su antecesor Stalin, presidente de la antigua URSS, ya lo hizo con sus aliados en la segunda guerra mundial, a los que primero engañó con Polonia y a los que de alguna manera convenció para que pensaran que Berlín no era un objetivo estratégico y le permitieran llegar antes a la capital alemana. Todos conocemos como terminó todo: Alemania dividida y su capital troceada entre las potencias vencedoras, y con todos los países del este de Europa como satélites de Moscú.