Dos novelas entretenidas, donde el peculiar inspector Melchor además de sus habilidades, su extraña personalidad mezcla de rencor, venganza y sensibilidad. No entiendo la polémica creada entre los independentistas catalanes, no dice nada que no se sepa, muestra una posición entre sorprendente y compartida de muchos ciudadanos no solo catalanes, sino del resto de España. Quizá lo más sea la calificación de Artur Mas y de Puigdemon, uno el delfín de Pujol y del partido catalán por excelencia, y el otro un provinciano que ve la independencia como un objeto de fe.
La trama de las dos novelas es entretenida, está bien urdida y, especialmente el final de la segunda supone un cierre bastante bueno, con un solo acto logra vengar la muerte de su madre y poner fin a un chantaje a una política. Las recomiendo.
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