El PP está fagocitando a la formación naranja. .

En estos días estamos asistiendo a una muestra más de lo que significa la ética política para algunos partidos y para sus líderes, en concreto me refiero al llamado tamallazo en la región de Murcia. La respuesta del PP a la presentación de una moción de censura del Psoe y Ciudadanos ha sido una vez más la compra de voluntades y de votos, mediante el nombramiento de tres diputados del partido naranja como nuevos consejeros, como dicen en la derecha el fin justifica los medios, y por ello hay que hacer lo que sea para que los socialistas no lleguen al poder. Es cierto que para ello se necesita que los políticos naranjas se presten a ello, y quizá no debamos olvidar que Ciudadanos se ha nutrido de militantes procedentes de la derecha y de la izquierda, muchos de ellos han visto al Psoe como el diablo, con el mal que hay que evitar; sin embargo, esto no es excusa para abandonar el partido y para venderse al mejor postor. 

El fundador de Ciudadanos nunca se distinguió por su ideología, inicialmente entró en política para oponerse al independentismo catalán, al considerar que el PP y el PSC no eran suficientemente enérgicos en su oposición y logrando aglutinar a gran parte de la sociedad catalana constitucionalista. No era un partido de izquierdas, aunque inicialmente se definió como socialdemócrata, sino más bien un partido populista de base liberal. Nunca fue Ciudadanos una alternativa al PP ni a los socialistas, y debería haber asumido su papel de bisagra entre los dos grandes partidos, debería haber asumido que su función era la de apoyar la formación de gobiernos estables ya sea con los populares o con los socialistas, no solo en la política nacional, sino en la autonómica y en la local. Sin embargo, el ansia de poder se adueño de su fundador y ese fue su fin, porque lo llevo a tomar decisiones no en base al interés general sino al personal, y al final el resultado fue, primero la salida de la política de su fundador, después la progresiva caía  de votos,... y ahora que parece que había cambiado de rumbo de la mano de Arrimadas buscando el bien general del país, se encuentra con el mazazo de Murcia, la degradación de la coalición de gobierno en Madrid,... y posiblemente la desaparición de esta formación política.

La formación naranja se encuentra en un momento crítico, en Madrid deberá acudir a las elecciones en el peor momento, con una Ayuso crecida y con Aguado desprestigiado incluso entre los suyos. En Murcia el más que seguro fracaso de la moción de censura se ha debido al paso al PP de tres de sus diputados. Pero es que el pase de militantes hacía el PP parece que se consolida, senadores y diputados se están apuntando a lo que consideran el partido ganador, el PP está fagocitando a la formación naranja.