jueves, 7 de enero de 2021

Los totalitarios como Trump amenazan la democracia.

El mundo no cesa de dar sorpresas, y lo malo es que son los propios ciudadanos quienes parecen provocarlas. Las crisis generan espacios muy propensos a los populismos, a los salvadores de patrias que tienen la solución, en la del 2007 el paro, la falta de un sistema suficiente de apoyo social y el desmantelamiento industrial de muchas zonas dio lugar a la expansión de ideologías excluyentes y totalitarias cuyo principal principio era que los de fuera nos roban el trabajo y encima reciben más ayudas que los de aquí, fue el mismo principio que permitió la llegada al poder de políticos como Donald Trump en EEUU con su lema “America First”, Jair Bolsonaro en Brasil y Boris  Johnson en el Reino Unido con el Brexit. 

Las consecuencias de estas elecciones no han pasado desapercibidas a la hora de enfrentar al gran problema que tenemos actualmente, la pandemia, los tres comenzaron con la negación de la enfermedad, los tres se han contagiado. Uno de ellos, el británico, parece haber entendido que el coronavirus no es para reírse, máxime cuando en estos momentos se enfrenta a una situación de incremento de los contagios y de las muertes, y como consecuencia la saturación de UCIs y hospitales. Los otros parecen seguir en su mundo, siguen negando la importancia del Covid-19, siguen apareciendo sin mascarillas, dándose baños de masas con sus incondicionales. El norteamericano ha llegado aún más lejos, no admite su derrota en las elecciones, no respeta las normas electorales ni constitucionales y se ha instalado en posiciones que rayan el totalitarismo, lo que nos faltaba por ver es que la gran democracia se viera afectada en sus instituciones más representativas, Senado y Congreso, con la ocupación de cientos de seguidores de Trump, quién en lugar de buscar el mantenimiento de la calma, el respeto a los resultados electorales y al cargo que ostenta, se dedica a lanzar bulos sin fundamento ni pruebas y lanza contra las instituciones a sus intransigentes seguidores. 

Estos señores pasaran a la historia, no como presidentes de sus respectivos países sino como valedores de la crispación, del supremacismo y de la intransigencia. Dios nos salve de personajes como éstos en nuestro país, aunque tenemos ya algunos candidatos como la presidenta madrileña, el líder de Vox o incluso el presidente del PP, no olvidemos tampoco a Puigdemon.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando el partido nazi tomó el poder en Alemania lo hizo de forma parecida a la que está intentando Trump. Utiliza las libertades que te otorga el estado democrático para obtener el poder y después instaurar el pensamiento único.
Lo que no entiendo es que las costumbres constitucionales no se puedan cambiar, el mundo ha avanzado y los medios para contar votos han mejorado, en España por ejemplo en el mismo día de las elecciones se sabe quien es el ganador, por eso no comprendo como en EEUU el proceso sea tan sumamente lento y lo que es peor que desde el día de las elecciones hasta la toma de posesión del nuevo presidente pasen tantos días, que por ejemplo un loco puede utilizar como lo está haciendo Trump.

Saludos

Anónimo dijo...

Dicen que la historia se repite, y yo no quiero aceptar este mensaje. El mundo ha cambiado mucho, la información fluye con facilidad, las distancias han disminuido,... no estamos en la primera mitad del siglo XX, las democracias son más numerosas y más estables, por ello hay que impedir a toda costa que los totalitarismos que representan Trump, Bolsonaro,.... lleguen más lejos. Los gobiernos deben actuar, y sobre todo deben buscar los problemas que de alguna manera producen un aumento de las posiciones totalitarias, y cuando lo encuentren atajarlos.El incremento de las diferencias de ingresos entre ricos y resto de la población, la ausencia de futuro laboral o el desmantelamiento de tejidos productivos por la deslocalización son una gran parte del problema.
Saludos

Proverbio castellano

Quien no oye consejo, no llega a viejo.