El gobierno de Sánchez está en la encrucijada, pase lo que pase es como si se estuviese tirando un tiro el pie, y la pistola la tiene el juicio del "proces". Pase lo que pase la herida ya está hecha, el juicio coincide con el debate de los presupuestos y la campaña electoral de las municipales y autonómicas.
Los partidos independentistas, soporte en la moción de censuran, exigen al gobierno que ordene a la fiscalía que retire las acusaciones contra los líderes separatistas, dicho de otro modo que influya en la justicia y traspase el límite de la separación de poderes.
La derecha por su parte está de caza desde que obtuvo el gobierno de Andalucía, quiere reeditar esta alianza a tres en los ayuntamientos y en las comunidades, y su objetivo es forzar al ejecutivo socialista a celebrar elecciones. Creo que la derecha, pase lo que pase siempre ganara, tanto si el ejecutivo logra el apoyo de los independentistas como si no lo logra y convoca elecciones.
Al gobierno socialista, aunque en cierto modo le asiste la razón y es de alabar su postura de acercamiento y su propensión al diálogo no le salen las cosas, quizá se demoró excesivamente en convocar elecciones y desaprovechó las distintas oportunidades que se le presentaron, no midió bien sus fuerzas y olvidó que el independentismo es en cierta manera una cuestión de fe que no cesa en su objetivo y que aprovechará todo para dividir y sacar provecho. Ahora se encuentra en un auténtico dilema, está siendo atacado y presionado por todos los lados y, lo malo es que la solución no está en sus manos.
El juicio del "procés", resulte como resulte, es una espada en el vientre socialista, es un altavoz internacional para los independentistas que se presentan como agraviados en su libertad frente a un estado fuerte que no duda en utilizar la judicatura y la norma para solucionar un problema que no es jurídico sino político. No dudo de la independencia de los jueces españoles, no dudo de que se celebrará un juicio respetuoso con los derechos de los procesados, pero no creo que los delitos de lo que se le acusan se sustenten, y menos a nivel internacional. Siento que este juicio se va a convertir en un juicio a la división de poderes y al respeto de la libertad y los derechos de este país. Y lo malo de todo es que el gobierno está solo.
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