El paso del estado dictatorial franquista a una monarquía parlamentaria se produjo mediante una transición política en la que los líderes políticos del régimen anterior agrupados en UCD bajo la batuta de Adolfo Suárez, de acuerdo con el rey Juan Carlos, (sucesor de Franco en la jefatura del estado), y los partidos con posiciones más centradas, Psoe y nacionalistas democristianos, acordaron a través de unas cortes constituyentes dotar al España de una estructura política democrática que se estructuró en la Constitución del 78.
Antes y durante la dictadura existían muchos pequeños partidos, la mayoría de izquierda y extremo izquierda, junto con el PCE, el Psoe, y pequeños partidos democristianos que defendían la instauración de la democracia mediante un proceso de ruptura, ruptura democrática, en la que la muerte del antiguo régimen permitiría el nacimiento de uno nuevo con la formación de un parlamento constituyente en el que se rompería de forma total con el pasado. Significaba ésto que las estructuras del poder franquista desaparecerían, el ejercito, los sindicatos, la judicatura, las cortes, la administración,... dejarían de ejercer sus funciones que serían ejercidas una vez aprobada la constitución por las instituciones y organismos que ésta dispusiera.
Esta ruptura democrática nunca se produjo, en su lugar se realizó una transición en la que todas las estructuras de poder permanecían casi sin modificaciones, aunque se creaba un estado social y democrático de derecho, con una monarquía parlamentaria y una estructura del estado en comunidades autónomas. Fue un cambio pacífico que no rompió de forma radical con lo que había. Sin embargo, esta forma de estado y de gobierno es la que nos ha dado el periodo más largo de libertad que conoce España.
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