miércoles, 29 de mayo de 2024

Jóvenes desideologizados.

Vamos por la calle y nos encontramos con un grupo de jóvenes, como siempre muestran su alegría, gritan, ríen y si están en un bar toman una cerveza o algún refresco. Eso sí el móvil en la mano, con la cabeza sobre él, mandando mensajes o haciendo fotos que muestren lo que están haciendo, selfies continuos que luego subirán a las redes porque tienen que mostrar a sus seguidores donde han estado y lo que han hecho. Visten de distintas formas, casi sin homogeneidad, porque la cosa de ropa es algo muy personal, no hay estilos definidos a no ser que formen parte de alguna tendencia.


Estos mismo jóvenes durante la semana trabajan, si tienen la suerte de tener un empleo, se adaptan a las exigencias de sus empresas, se centran en sus tareas con horarios normalmente más largos de lo normal, sin horas extraordinarias, y cobrando menos de lo que les corresponde por sus capacidades, si no cobran el salario mínimo. 


Son la generación mejor preparada de nuestra historia, tienen grados, licenciaturas, masters y saben idiomas. Normalmente no opinan de temas políticos o sociales, aunque son sensibles a las situaciones de miseria, no suelen participar en actos o con acciones para reivindicar mejoras sociales y laborales. No les hables de hacer huelga, porque les quitan dinero o los echan del trabajo. Tienen suficiente con lo que ganan y su situación laboral, quieren mejorar y promocionarse por eso evitan toda reivindicación e incluso dicen no tener opinión o ‘no saber’. En ellos parece haber triunfado la ideología liberal, todo es una relación contractual entre el empresario y cada uno de ellos, el jefe es el que pone las condiciones y el que regula sus horarios, cobran en función de lo que hacen y eso lo decide su jefe.


A estos jóvenes parece no  importarles el pasado, la historia, no saben lo que ha pasado en su pais ni en el mundo en épocas anteriores, no saben que hubo un tiempo en el que no podían opinar, ni votar, ni pertenecer a partidos políticos y sindicatos, desconocen que la lucha de sus padres y abuelos permitió el estado democrático, las libertades, los derechos sociales y laborales,… el salario mínimo, la prestación por desempleo, la jornada laboral de ocho horas cinco días en semana, las vacaciones retribuidas,…. Son tantas las consecuciones que sería largo seguir enumerándolas. Pero lo peor es que no les importa, ellos han recibido lo que se merecen, 


Por otro lado hemos de afirmar que esta generación también es la que ha sufrido mayores crisis, que quizá los haya marcado. Sufrieron la crisis económica, y después la pandemia, y ahora las crisis asociadas a las guerras de Ucrania y de Gaza, y parece que eso es lo que les ha hecho ser como son, primero se miran su ombligo, primero ellos y después todo lo demás, antes divertirse que reivindicar,….


No quisiera generalizar pero lo que percibo es una generación sin ideología que defiende su sentido de la libertad, hacer lo que quieran sin que nadie te moleste. Lo demás no es su problema. Les gusta los mensajes simples, España para los españoles.

 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta mañana precisamente hablaban también de lo que piensan los jóvenes y coincide que siendo los más preparados , se conforman con tener ese sueldo que le permita independizarse , ir al gimnasio, mucho ocio … no han dicho ni una sola vez que estarían dispuestos a reivindicar las veces que hiciese falta , para conseguir un salario digno , así como una jornada también digna … la sensación que dan es que con lo que tienen ya se conforman … a pesar que tienen unos salarios que no son tan dignos y unas jornadas que tampoco lo son …jóvenes tenéis que ser más reivindicativos …

Anónimo dijo...

Es preocupante el grado de individualismo de nuestros jóvenes y el miedo que parecen tener a defender sus derechos. Si cobran lo mínimo y no se reconoce su capacidad por qué no se asocian para iniciar una huelga general de jóvenes para defender un salario justo y ajustado a sus capacidades.... Parece que si se les pincha en vez de sangre les sale sabia.
Me preocupa que todo lo conseguido por las generaciones anteriores queda en el olvido y se pierda.

Proverbio castellano

Quien no oye consejo, no llega a viejo.