Comencé a leer el libro 'Últimos día en Berlín' de Paloma Sánchez Garnica, y me sorprendió que en las reseñas que encabezaban cada capítulo apareciera alguno de los principios de la propaganda de Goebbels. Fijándome en ellos pensé que estaban en plena vigencia, pues algunos partidos políticos de nuestro país los utilizan, principalmente el Partido Popular y Vox, claro que en el ámbito internacional tenemos los claros ejemplos de Trump, Órban,...
Si nos fijamos en la actualidad política de nuestro país podemos encontrar un ejemplo en las estrategias del PP respecto a las responsabilidades por la Dana de Valencia. Cuando todo apunta a la nefasta actuación del presidente de la comunidad el popular Mazón, incluso hasta dentro de su propio partido, los dirigentes populares para cambiar el foco responden con un ataque a la vicepresidenta Ribera, llevando la cuestión al parlamento europeo donde han puesto en riesgo el nombramiento de la socialista como vicepresidenta y por tanto la conformación del gobierno de la Comisión. Al final el acuerdo existente entre populares, liberales y socialistas con la presidenta Von der Legen ha tenido un buen final, lo que se puede interpretar como un fracaso de la estrategia del PP español, aunque éstos lo quieran vender como un éxito ya que han puesto sobre el tapete que Ribera no era adecuada para el cargo y han trasladado el foco de Mazón.
Otros de los principios a los que recurren es lanzar algún bulo, reiterándolo hasta que se convierte (para muchos ciudadanos) en una verdad difícil de negar. La técnica de lanzar mentiras o medio verdades de forma reiterativa es una forma de hacer daño, ya que desmentir muchas veces cuesta más que dejar el tema en el olvido.
También nos encontramos con las consignas, frases sencillas que no están argumentadas pero que llegan bien a los ciudadanos, y aunque no sean ciertas van creando una especie de costra difícil de quitar. El ejemplo más claro en nuestro país es decir que los migrantes reciben todas las ayudas o que delinquen más que los nacionales.
Por si alguien tiene curiosidad, a continuación los relaciono:
Principios de la propaganda de Goebels.[Joaquín Mateu-Mollá. (2020, enero 31). Los 11 principios de la propaganda de Goebbels. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/social/principios-propaganda-goebbels]
A través de este proceso se abstraerían todos los matices de los contrincantes, los cuales se concretarían en una idea mucho más sencilla y cargada de la peor connotación imaginable. El enemigo sería por tanto común a todos los que abrazaran tal propaganda, focalizándose su odio contra el concepto primario en el que el rival se encarnara.
2. Principio del método de contagio. Este principio estaría asociado al anterior. Sus objetivos son sencillos: además de simplificar los hechos, se pretendería dispersar una serie de atributos a todos los sujetos que se acojan a ideas opuestas a las propias. A menudo son adjetivos de contenido negativo, humillante y/o ridiculizante; que se asignarían, sin meditarlo, al opositor. Se trata del paso lógico tras haber diluido la sensación de multiplicidad, mediante el cual se difundirían estereotipos a partir de lo que el aparato de propaganda considerara "no deseable" (todos los judíos son unos ladrones, p.e.).
La fórmula que se utilizaría en este caso sería de una simpleza enorme, y se basaría en un refuerzo de la homogeneidad percibida para el exogrupo (la cual actualmente es considerada como un rasgo común en quienes tienen ideas de tipo xenófobo o supremacista).
3. Principio de la transposición. En el momento en que se fuera objeto de una acusación ineludible, sería necesario señalar al otro por exactamente el mismo "error" que ha hallado en nuestra manera de proceder. En Política puede observarse cuando trascienden casos de malversación o apropiación indebida hasta la opinión pública, los cuales motivan un cruce de reproches en los que se ensalza que: "pues tú también lo hiciste, e incluso peor que yo".
Con esta actitud se persigue generar una distracción que desvíe la atención de la propia figura y que se ubique de nuevo en los demás, manteniendo toda sombra de sospecha fuera de nuestras inmediaciones.